Aún sin que llegara a sonar quien debería haberme marcado el inicio del día, ya estaba contemplando la Aurora, la diosa romana que representa el Amanecer se nos presentaba especialmente hermosa, radiante…en silencio…Por fin habían transcurrido las horas perdidas donde desgranar los sueños, en una noche, donde Morfeo no acababa de querer presentarse.

En esas noches donde vas desmenuzando múltiples conversaciones con el yo más sincero en el silencio de penumbra con tu latente e inerme conciencia, en la que hoy, y sólo hoy, va reciclándose una y otra vez la misma pregunta ¿A quién le doy las gracias? Quien puso la semilla en mi marcada inconsciencia para acabar germinando en desdicha y anhelo si por un remoto instante en el horizonte te desvaneces. A quien corresponda, encuentre en estas líneas mi más sincero homenaje.

Encajados entre el Estadio Ciudad de Málaga y el Pabellón Martín Carpena van llegando con cuentagotas cada uno de los 23 componentes, vestidos cual lienzo blanco y dispuestos a ir llenándolo poco a poco con pinceladas de los recuerdos y experiencias que van a vivir en los 21 km y 97 metros que les separa de la entrada al Estadio.

Hoy vengo a verte a ti, muchacha, a ti que a pesar de haber sido lacerada por el infortunio de la crisis siempre me recibes con una sonrisa. Esa sonrisa tan tuya que hace desvanecer a propios y extraños, ese abrazo cálido que estremece y reconforta, esa espuma blanca y salada que se pierde y se confunde en el horizonte, en lo que para muchos, debería ser tu kilómetro cero capitalino. No dejes que sea yo quien se comporte como un novio celoso y te encierre con llave bajo un techo acristalado, y es que, si te conceden un minuto, no habrá quien los separe de tu vera. Tu eres mucho tú, muchacha, tu eres un nudo en la garganta, un quejío en el alma, un principio sin final y si este llega, no me hagas contemplarlo; esa tangible belleza caprichosa que acaba coartando mi libertad de movimiento, sabiendo que tu lo eres todo sobre todo, por eso vuelvo a ti tantas veces, a correr por tus calles, porque…mira que te gusta la calle.

Ya situados en los cajones que anteceden la salida de la prueba, sigo dedicándome un instante, quizás un segundo o posiblemente incluso menos, y encuentro rebuscando en lo que algunos llaman “El Baúl de los Recuerdos”, un párrafo de un maestro del lenguaje que va a definir nuestra relación:

Como le dice el poeta a su amada en el principio del camino de ir descubriéndola: Estoy loco por ti, sin saber todavía quien eres. Así que, no me preguntes por qué te quiero sin conocerte, porque no es razón quererte, es locura, ya lo se. Si desde que te encontré la pasión fue mi bandera y le guío la ceguera el paso a mi corazón. No le busques la razón y déjame que te quiera”.

Déjame que naciendo de un ventrículo sea la arteria que te lleva la sangre oxigenada. Déjame respirarte en una inmensa bocanada de aire, ya que, no me basta con tomarte a sorbitos. Déjame empapar de sudor mi torso mientras acaricio tu transitado cuerpo. Déjame turbarme ante tu mirada indiferente, déjame entregarme a ti sin cortapisas ni ataduras, déjame ser tan tuyo que no recuerde el día que fui Yo, y no era tuyo. Déjame caminar el dolor, que mientras más duela, mejor regusto me dejará el final.

Una rápida ojeada a cualquiera de las múltiples instantáneas, me basto para aglutinar la mayoría bajo un mismo denominador común: Compañerismo.

Si no os habéis dado cuenta aún, volved a revisarlas. Quizás a sabiendas o posiblemente no, habéis terminado algo más que la Media Maratón de Málaga, habéis tendido unos lazos duraderos entre vosotros al compartir el sufrimiento y posteriormente la gloria tirados en el césped. Atravesasteis juntos el Estrecho de Messina donde Scylla y Charybdis (monstruos marinos precursores de la frase: “entre la espada y la pared”) representados para mi esa mañana por el calor y la tan temida cabeza, y los cuales seguramente os hicieron palidecer en algún momento, habrían dado al traste con nuestras aspiraciones, pero muchos jugamos con la ventaja de tener un apoyo en los momentos de flaqueza. Para mi particular apoyo las Gracias le sean dadas.

23 Valientes terminaron la Media Maratón de Málaga 2014. Agradecer desde CD Axarlón a nuestra desinteresada fotógrafa.

Para concluir, acabaré haciendo referencia a alguien sin nombrarlo directamente: “Todo amor acude desde la nada, de lo contrario…de lo contrario, no es Amor”. Clic.

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