Te invito a trasladarte conmigo al Palmeral de las Sorpresas, en pleno corazón de la capital malacitana, la mañana amanece fría y el sol aún no quiere verse abocado a saludarnos.
Más de 2000 personas se entremezclan nerviosas, deambulando en distintas direcciones y acompañados muchos de ellos de amigos y familiares que les insuflan ánimos y sus mejores voluntades.
Me detengo a contemplar los rostros de unos y otros, todos sonríen, ¿por qué?, rebusco entre multitud de recuerdos catalogados y almacenados en el Cementerio de Libros Olvidados que es mi memoria pero no encuentro la estantería donde encajar este tipo de sonrisas que voy observando.
Gran cantidad de ellos saben lo que se les viene encima, a muchos no se les escapa que va a ser una jornada dura y van a sobrevenir momentos difíciles, sin embargo, la tensión no se encuentra reflejada en sus rostros, ¿por qué?.
Miro a mis compañeros arropados en nuestra particular bandera y para mi sorpresa acabo por toparme con el mismo tipo de sonrisa recorriendo sus rostros.
Me encuentro ante una ligera encrucijada de sentimientos: felicidad, excitación, miedo,…van alternándose en mi organismo que de haber estado irradiado por rayos gamma podrían provocar la aparición de un gigante verde conocido como Hulk, sin embargo, en mi caso, no deja de ser un aleteo constante de cambios de estado, de ser capaz de interiorizar con Facebook habríais contemplado vuestro muro asombrados ante tantos: ¿Qué estás pensando? de un servidor.
Aún sin ser alcanzado por algún que otro rayo de sol se que la hora esta próxima, la línea de salida que cualquier runner desea contemplar al menos una vez en su vida no deja de restar segundos.
Sin que ningún compañero se percate recojo un pequeño montón de tierra del suelo y froto con el lentamente mis manos, siendo un tacto áspero no deja de ser reconfortante, y sí…se que lo estás pensando, mi nombre al igual que el tuyo es MÁXIMO DÉCIMO MERIDIO y sí, soy Comandante de los Ejércitos del Norte y General de las Legiones Félix, servidor del verdadero…Club Deportivo Axarlón, y aún no pretendiendo pasar a la posteridad por mi atuendo de GLADIADOR, que no me sentaría nada mal ya de paso, si quiero contemplar el álbum de mi historia saboreando esta palabra de victoria: ¡¡¡FI-NI-SHER!!!
Los particulares cajones donde nos vamos colocando y su palpable estrechez vuelven a tender puentes entre algunas neuronas que exhalando su último aliento iluminan para mi el paso de las TERMÓPILAS en donde durante la Segunda Guerra Médica el Rey Leónidas “alias Soto” y un ejercito de 2000 runners venidos de distintas partes del globo desafiaron la nada desdeñable distancia de 42 km 195 m…o ¿no cuenta aparentemente esto la Historia?
Locuras a parte, ya estamos en la cuenta atrás y le doy al Pause de un diminuto mando a distancia, el cual saco de casa para días como estos, en donde hace las veces de memoria eidética, y al mirar hacia mi izquierda y posteriormente en dirección opuesta, vislumbro el mismo tipo de sonrisas que no había sido capaz de encajar en mi Cementerio de Libros Olvidados, y sin quererlo, yo también estoy sonriendo , todo encaja, el puzzle de sonrisas dispersas se unen y colocando esa última pieza en su lugar, mi sonrisa, todo se ajusta y como si de un clarividente se tratase observo a través de la bola de cristal, ¡¡ESTO ES EL SUEÑO DE CUALQUIER RUNNER!!.
Pulso el Play+Rec, detrás mía alguien pregunta en voz alta: ¿este es el grupo de los que van tranquilos verdad?, otro nos anima y remarca: no confiarse que esto es más largo que el campo de fútbol de Oliver y Benji; risas y aplausos se entremezclan en una algarabía de voces…3, 2, 1
Los deportistas del Club empiezan su particular carrera, siendo la misma distancia y recorrido no habrá dos recorridos iguales. El mapa nos indicaba que íbamos a discurrir por las zonas más emblemáticas de Málaga. El comienzo muy temido por algunos miembros del club por tratarse de una larga recta de ida y vuelta en donde la monotonía suele jugar malas pasadas, a pesar de todo a la altura del paseo de los Curas, tras una salida tranquila de Curro y Soto, consiguieron formar un grupo compacto junto con Fran y Abel. En posiciones posteriores Adri daba signos de entereza y cabeza fría, fundados en un ritmo conocido de entrenos que seguro que le llevaría a lograr su objetivo de acabar sin mucho sufrimiento.
Los cuatro jinetes del Apocalipsis discurrieron juntos 24 kilómetros en donde no dejaron de sonreír en ningún momento, el espíritu del maratón les acompañaba en su rápido discurrir por distintos destinos turísticos como la Calle Larios, uno de mis emblemas favoritos, fue un auténtico lujo recorrer cada uno de los metros de esta zona peatonal. Situados ya en el Crisol de Culturas coronado con una particular Pirámide que recuerda a la del museo parisino del Louvre son retratados en una instantánea que bajo mi punto de vista, quedará para la posteridad en los anales de este Club.
Adri disfruta cada uno de los kilómetros que le va restando a su objetivo, saboreando el ambiente que le rodea, es el martillo pilón del grupo, marca un ritmo y lo mantiene con total entereza.
Y como en la mayoría de películas con final feliz, antes de la alegría y el regocijo llega el drama, la bruma del sufrimiento se cierne sobre Curro, Abel, Fran y Adri, a cada uno les llega su particular muro, en distintos momentos, pero les llega, siendo la Maratón la prueba que te lleva al más puro atletismo, en donde consigues llevar tu cuerpo al límite y luchas como un titán contra los constantes envites de tu cuerpo; calambres, subidas de gemelos, isquiotibiales, cuadriceps…distintos dolores se van sucediendo, y es cuando de verdad descubres cuanta determinación eres capaz de demostrar por querer conseguir aquello que anhelas.
La zona del Carpena, antes de encarar la larga recta que te conducirá a la Meta es sin duda la más dura, los corredores te insuflan ánimos dándote palmadas en la espalda instándote a no desfallecer, te alegras porque ves a tu familia Axarlón apoyándote en los malos momentos (Alex, Manu, Maria del Mar…os debemos una) los muchachos de la organización te acompañan durante unos metros, te ofrecen glucosa, agua, reflex, todo lo que en esos momentos tienen a su alcance para hacerte más llevadero la última parte del recorrido. Muchos lo hacen a nivel individual gritando tu nombre concreto, incluso los Miembros y Fuerzas de Seguridad que cubren el evento; sin embargo, en ese instante en que mantienes conversaciones con otros, que al igual que tu, están sintiendo lo realmente duro que es esto, tu mente fija un objetivo y simplemente sales a por él.
Llegas a meta levantando la mano de tu compañero y sin parar de reír, tras cruzar el umbral, te fundes en un abrazo, en el que no sabes si reír o llorar, si caer de bruces al suelo y gritar que ya estas aquí.
Recorres los últimos 195 metros haciendo el sprint más rápido que has hecho en tu vida.
Entras casi cojeando, mientras te agarras la parte posterior del muslo, porque aún sintiendo dolor no quisiste parar.
Sólo puedo sentir orgullo por cada uno de vosotros: ABEL, ADRI, CURRO, FRAN y SOTO; no sólo por el hecho de llegar, más por todo el esfuerzo que hay detrás para poder conseguir cruzar el final de la IV MARATON CABBERTY DE MÁLAGA. Agradecer también a la organización de este evento que nos hicieron pasar un día impresionante, a todos y cada uno de los que lo hicisteis posible desde Club Deportivo Axarlón nuestra más sincera Enhorabuena.