Llegó el día que desde hace tiempo estábamos esperando.

Todo comenzó en diciembre de 2015 en la VENTA EL TÚNEL comiendo un arroz caldoso con unos amigos entre los que se encontraba Paco Zafra, cuando salió el tema de la carrera AFRICANA. Zafra dice que él la va a hacer y yo me apunto también. Mari dice que viene de acompañante. A lo largo de la comida la cosa se va animando, entre bromas ella se viene arriba y dice que se apunta. Los demás nos reímos como de que eso no iba en serio, pero creedme, si ella dice algo lo cumple.

A partir de ese día lo de costumbre, entrenamientos, siempre que se puede claro (casa, trabajo, niños…) ufff.

Pues nada, ya estamos en Melilla. Ambiente espectacular ya desde el viernes. Nos vemos con Zafra y unos amigos suyos, lo que nos hizo pasar una tarde estupenda y de risas.

El sábado es el gran día, la ciudad está engalanada para el evento, pero me levanto con problemas estomacales. Pienso que es de los nervios, pero no cesan. Comienza la carrera. Toda Melilla está en la calle, la Legión tocando, esto parece la etapa de una vuelta a España, el marco perfecto, pero sigo con molestias y dolores de estómago. Pasan los kilómetros y empieza la dureza de la carrera, subida de la peseta, subida de un tramo de escaleras en pleno campo donde tenías que coger la bici a hombros, “mi puntilla”. Llegué a este punto exhausto y rodando por inercia, el calor y la humedad insoportables. Esto no era lo que me habían contado, “es una carrera fácil”, me decían, solo tienes que rodar, es casi todo por asfalto, Ja,ja, ja.

Reconozco que la BTT no es mi especialidad pero es una auténtica “rompepiernas” y llena de trampas.

En el Km 35 me paro en una ambulancia, los dolores eran más fuertes y casi no podía respirar. Se lo explico al sanitario y me dice que puede ser flato. No lo se, le digo, es muy raro. Me pregunta si puedo seguir…, entonces me quedo pensando y digo, después de todo lo que he pasado, me voy a retirar ahora y aguantar el cachondeito de mi mujer? Noooo, sigo aunque sea a rastras. Así que así fue. Ya me paraba en todos los avituallamientos, comiendo y bebiendo parecía que el dolor iba remitiendo, pero las piernas ya no marchaban bien. El objetivo ya era terminar.

Los últimos 15 Kms, casi todos ya por ciudad, fueron más llevaderos, pero los músculos se resentían y empezaban a subirse.

La llegada, al igual que la salida, es apoteósica. Llegamos a la fortaleza y salimos a la Plaza de las Culturas donde está la meta y ahí si que SI, me sale una sonrisa de oreja a oreja entrando en la meta y acabando una de las carreras más duras que he realizado, por no decir la que más, pero muy orgulloso ya que tuve que sufrir mucho para conseguirlo, 6 horas y 35 minutos de auténtico dolor, llegando casi al cierre de control, pero con la satisfacción del deber cumplido.

No tuve la suerte de la fuerza física, pero si la suerte de no sufrir caídas, pinchazos, averías, que hubo de las tres y muchas a lo largo de toda la carrera.

ESTOY EUFÓRICO

Ahora ya toca ducharse y esperar a que llegue Mari.

El primer contacto telefónico con ella fue en el Km 31 y se la notaba muy bien de ánimo, haciendo la marcha con otra chica, Ana del club NOTINGAMPRISA de Cartagena, con la que cuadró en el ritmo de marcha e hicieron la ruta prácticamente juntas e incluso entrando juntas a meta.

El segundo contacto fue en el Km 38 y el ánimo arriba. ¡Qué distintas carreras hicimos mi mujer y yo en un mismo día!. Yo dando consejos a ella de fuerza mental y ella que iba fresca como una lechuga.

Último contacto telefónico en el Km 45, todo sigue igual, muy bien de fuerza y ánimos, no se le nota cansancio teniendo en cuenta que lleva 9 horas andando.

Voy a su encuentro para realizar los últimos kilómetros juntos y a falta de tres para la meta contacto con ella. Vienen tres chicas y llevan buen ritmo, con casi 9 h. 30 m. de tiempo, pero se las ve bien.

Nos cuentan que en el Km 25 se hacen una foto toda emocionadas, pero a unos 400 m. más ven otro Km 25, se parten de risa ya que la foto se la hicieron en el 25 de las bicis. También nos dicen que los Legionarios les dan muchos ánimos y y las llaman señoritas, que parte del recorrido iban con un Teniente de la Legión y que se iban contado la vida, el músculo de la lengua también trabajó.

Su carrera fue muy distinta a la mía, una tan pancha y yo sufriendo como un perro.

Para ella lo peor fue la cuesta de la Peseta, que más que Peseta, parecía la cuesta el Duro… mucha inclinación y calor.

En este tramos final, le íbamos dando ánimos las parejas de estas tres chicas. Por fin llega la zona de la meta. Eran las 10 de la noche, la carrera empezó a las 12 y cuarto de la mañana, ya no quedaba casi nadie en meta, pero había música y algo de ambiente. El subidón de Mari fue impresionate, quedando 100 m para la meta, entra en ella trotando, con un tiempo de 10 h. y 5 m.

Tras pasar la linea de meta le doy un beso y nos fundimos en un fuerte abrazo.

Su fuerza está agotada. Sabe que ha conseguido un reto muy importante para ella. Solo una foto en meta, recogida de macuto y medalla. Vuelta para el hotel, no le quedan fuerzas para disfrutar del triunfo en la Plaza.

Aquí se termina La Africana, no sin antes mencionar a mi gran amigo Zafra al que me encontré en el Km 60 de BTT y le pregunté como se encontraba, me dijo que iba mal. Le di  ánimos y en la vuelta del espigón me paro y le saco alguna foto. El también logró terminar su carrera a pesar de las molestias.

Carrera dura, pero la organización un 10, bueno un 9,5, ya que a Mari le dieron la talla de sudadera mucho más grande de su talla, ya que las pequeñas se habían agotado.