Suena THUNDERSTRUCK, y las imágenes de como hemos llegado hasta aquí se suceden rápidas y sin pausa alguna, estampas un tanto añejas, otras demasiado frescas y vivas.
¡THUNDER! ¡THUNDER! ¡THUNDER! ¡THUNDER!
Puedo visionar miles de vídeos a lo largo del año, y por pura casualidad acabe por toparme con uno que sin entender totalmente el ¿por qué?, acabó por convertirse en una pequeña obsesión. Diminuta y recurrente, martilleaba reiteradamente la imagen en mi cabeza de un faro, situado este en el municipio de Fuencaliente al sur de la isla de La Palma.
¡THUNDER! ¡THUNDER! ¡THUNDER! ¡THUNDER!
Y así, sin tener del todo claro aún de donde nace ese tipo de impulsos, volvía de vez en cuando a recordarme que, de algún modo, todos tenemos desvíos que tomar en esta vida. Y uno de esos desvíos me llevaba derechito a una isla, La Palma.
¡THUNDER! ¡THUNDER! ¡THUNDER! ¡THUNDER!
La media maratón de Marbella contribuyó en buena medida a cambiar la dirección en la que pensaba que soplaba el viento, tras acabar por fin de dejar atrás la dichosa fascia lata, no acababa por coger del todo la forma óptima que iba buscando, así que, afortunadamente e influido por esto, sentí la necesidad de cambiar el asfalto por la montaña, y seguramente, más en broma que en serio, acabar por tomar ese desvío, guiarme por su faro, y terminar por plantar los pies en la que desde ahora yo también conoceré como la «isla bonita».
10…
Por medio, una prueba tan impresionante como Jarapalos, una maratón de montaña que no deja indiferente a ninguno de los que tienen la oportunidad de participar en ella, «Duele claro que duele»… la misma supuso mi pasaporte definitivo y la confirmación por parte de la organización de mi plaza para participar en la modalidad de Ultramaratón.
9…
Unos locos a los que adoro que acaban por unirse en la aventura.
8…
Muchos kilómetros, entrenamientos con todo tipo de climatología, acompañado de grandes personas o en solitario, llegados a tal punto, de crear dudas que se disipaban conforme iban apareciendo.
7…
Un avión, un barco, un coche, una villa…¡que vistas y que sitio para quedarse!
6…
Visitar y asombrarte, probar la comida de la zona, conocer a estupendas personas, entre ellas un siete veces Finisher y un crítico gastronómico de Tripadvisor, vivir el ambiente de carrera…de carrera con mayúsculas.
5…
Día previo, cenar a las siete de la tarde, revisar material y dejarlo preparado, acostarse a las ocho de la tarde, mariposas en el estómago, no dormir un solo minuto, dar vueltas en la cama, levantarte a las una de la madrugada. Sentir tu apoyo.
4…
Desplazarse hasta los Llanos de Aridane, llegar a la estación de autobuses y comprobar in situ que no eres el único loco que madruga para ser feliz pasándolo mal. El que nos impulsa a esto, no acabo de entenderlo, pero aquí estamos, muchos locos, muchas horas por delante y un sólo objetivo, llorar de felicidad al cruzar la meta. Y es que, cuanto más difícil nos lo pongan, mayor será la satisfacción,
3…
Subir al autobús, compartir nervios, sentir que son las 7 de la mañana y vienes de una fiesta escuchando reggaeton. Vislumbrar el rostro de felicidad de tus compañeros en contraposición con el de concentración de otros muchos. Mirar por la ventanilla y ver el faro…EL FARO DE FUENCALIENTE. Ese faro que sin pretenderlo es el auténtico culpable de que hoy este aquí.
2…
Bajar y pisar el asfalto, comenzar a descender, esperar sentados, pasar el control de material, el del chip, colocarte en el cajón de salida junto a esos que están igual de locos que tú y te acompañan esta madrugada. Pesarte el hecho de no haber conseguido dormir las horas previas a esa cita que llevas esperando tanto tiempo y con la cual has soñado tantas veces.
1…
Desear la mayor de las suertes, a los auténticos campeones que me rodean, sentir la incertidumbre de quien no sabe que le espera, sonreír porque estoy seguro que será mayor la recompensa que el sufrimiento padecido, despertar del letargo, encender el frontal, sentir como se acelera el corazón…
¡¡¡¡ARRIIIIBBBAAAAAAAAAAAAAAA!!!!
¡¡¡¡ARRIBA TRANSVULCANIAAAAA!!!!
Cumplir un sueño, un sueño que va por cada uno de los que habéis sido parte fundamental en él, cruzar un arco de meta, situado en Los Llanos de Aridane a 74´3 kilómetros de distancia, sentir el apoyo de los palmeros, ver en sus rostros el reconocimiento más profundo por lo que acabas de conseguir, sentirte un campeón, uno de esos campeones anónimos, que no dejen de hacértelo saber incluso una vez finalizada la prueba en una calle aledaña a la meta, ver como se acercan los niños y los no tan niños, a chocarte la mano, y pensar que en sus sueños de esta noche muchos de ellos, algún día, pensarán en estar en este mismo lugar, seguro que sonriendo con cara de tonto, porque como ya os dije, se cumplió aquello de que la RECOMPENSA será mayor que el ESFUERZO.
Pd: Gracias por el trozo de sandía palmero 🙂
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