Hace más de 24 horas que acabó la maratón de Dublín y todavía estoy en una nube de lo que viví ayer.
Ha sido una experiencia inolvidable y eso que se dieron todas las condiciones para que saliera mal. La primera de ellas fue ese día «de fiesta» en Marbella que al final no fue tal. Esto ya hizo en un primer momento descartar ir a Dublín, para en un segundo momento decidir ir solo el fin de semana; La segunda fue gracias a Rynair. Nuestro vuelo tenía que salir a las 7:30 horas del sábado y finalmente salimos a las 15:45. Toda la mañana tirados en el aeropuerto pensando si merecería la pena todo el esfuerzo para estar finalmente en Dublín menos de 24 horas. Este hecho me dio fuerzas y rabia para correr el día siguiente, pero también nos generó muchísimo agobio (recogí el dorsal a 20 minutos de que cerraran), más gastos y sobre todo mucho cansancio.
Una vez en Dublín y en el hotel, decidimos relajarnos y disfrutar del poco tiempo que íbamos a estar ahí, así que nos fuimos a Temple Bar a tomarnos unas pintas y vivir el ambientazo que había.
Llegó el momento de la salida y la zona estaba abarrotada de corredores (19500 aproximadamente) con ganas de que empezara. Salí en el segundo cajón, a las 9:10 de la mañana y en lo único que pensaba era en ir sumando kms y en cada uno dedicárselo a Rynair jajajaj.
El recorrido empezaba bastante atractivo, pasando por zonas monumentales y sobre todo con muchísima gente, lo que ya te hacía preveer como iba a ser toda la maratón.
En la milla 4 llegamos a Phoenix Park y es una auténtica pasada correr por ese lugar. Todo verde y la verdad que una preciosidad.
Seguían pasando los kms y la verdad que me encontraba muy bien, las pulsaciones iban como yo quería y el ritmo era el adecuado.
Llego al km 20 y ahí me encuentro a María del Mar que había ido hasta ese punto a verme. Eso hace que las fuerzas aumenten y sobre todo sacarme una sonrisa.
A partir de la media maratón empieza mi preocupación, ya que en la preparación solo había hecho 23km y no con muy buenas sensaciones. Así que decido tirar de la que considero que es mi mejor virtud y mi mejor cualidad: la cabeza ( y no por tamaño). En todo momento voy regulando, hidratándome, comiendo y sobre todo controlando las pulsaciones para que no pasaran de lo que yo tenía previsto.
De esta forma vamos pasando kms viendo cuando llegaría el muro (yo pensaba que llegaría muy pronto) y para mi sorpresa sigo manteniendo bien el ritmo hasta llegado el km 34 que una rozadora termina por reventar y eso hace que tenga que parar un momento. Prosigo la marcha pero ya el ritmo se me va un poco.
Sin embargo es en el km 37-38 cuando llega el gran bajón (iba en tiempos de bajar de 4 horas) y las piernas se empiezan a cargar, así que decido andar un poco hasta que se soltaran un poco.
En el km 40 me pilla el globo de 4 horas e intento seguirle y luchar, pero venían a ritmo fuerte y me fue imposible, así que viendo que se me podía quedar algo cogido, decido andar hasta que quedaban 800 metros de meta, donde ahí ya si que sabía que sería FINISHER.
A falta de unos 400 metros, veo a María del Mar, me da la gopro, le doy un beso y el resto ya lo podéis ver vosotros en el vídeo!!!
Ser finisher de una maratón internacional es algo que jamás habría pensado que haría y viendo toda la atmósfera negativa que rodeaba este viaje menos todavía. Pero me salió la mejor maratón de todas las que he hecho.

En este momento, quiero destacar la organización de la maratón, con un avituallamiento de lujos, con botellas de agua, de isotónica y geles y sin faltar nada en ningún momento. Mucha vigilancia y seguridad. Pero lo que sobre todo destaco es el público. Una auténtica BURRADA lo que yo viví, sentí y siento todavía. Calles abarrotadas de gente, verdaderos pasillos humanos gritando, animando, aplaudiendo y gente del público haciendo verdaderos avituallamientos dando chucherías, galletas, barritas, fruta e incluso geles, una verdadera pasada. Todo lo que pueda poner aquí del público se va a quedar corto, ya que lo mejor es vivirlo.
Desde aquí recomiendo a todo el mundo a ir a Dublín y hacer la maratón. Seguramente haya muchas maratones mejores e igual con la misma o más animación, pero a mi esta maratón me ha enamorado y seguro que algún año repito.
Como no, agradecer y dedicar esta maratón a María Del Mar Cordero, a mis padres, a mi hermana Rak Weird, a toda mi familia, amigos y por supuesto a todos los compañeros de Axarlón. Todos formáis parte de esa medalla de finisher.
¡Dublín, volveremos!
PD: Mi enhorabuena a quien haya llegado hasta aquí, le invitaré a una cerveza jajajajaj.