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Sirva este relato para poder describir el sufrimiento que viví en la pasada VI Maratón Cabberty de Málaga.

Había pasado un año de mi primera maratón, justamente en Málaga, donde acabé y disfruté una sensación buenísima. Por supuesto sufrí en los últimos kilómetros, pero era normal, era mi primera maratón y había pasado por malos momentos en la preparación, por lo que la alegría era infinita.

Este año decido dar un salto más y me pongo en manos del grandísimo Curro para que me lleve la preparación con el claro objetivo de bajar de las 4 horas. Van pasando los días de preparación y el objetivo lo veo factible. Las tiradas largas no llegan a ser del todo buenas por la carga de kilómetros, pero las medias maratones que hago me dicen que el sub4 horas lo tengo. Llego en mi mejor momento deportivo.

El sábado previo hago un entrenamiento con Adrián de 16km a 5min/km, con la intención de salir los 2 juntos a ese ritmo y conseguir ese tan ansiado objetivo. Por las sensaciones parecía que si que podía ser!

Sin embargo, todo se trunca el lunes, que empiezo a resfriarme. El martes se confirman los malos presagios y caigo malo con fiebre. Van pasando los días y el resfriado y los mocos continúan y no se van, por lo que, ya no solo el bajar de 4 horas, sino el poder acabar se va esfumando.

Llega el sábado, que era el día de recoger el dorsal y los mocos siguen ahí, aunque el cuerpo empieza a estar mejor. Recojo el dorsal y los compañeros notan el trancazo que tengo, pero bueno pensaba que corriendo iría soltando mocos y todo saldría bien.

Llega el gran día!!! A las 6:15 suena el despertador y las rutinas típicas, desayuno, baño y a vestirse. Voy a la línea de salida con María del Mar. Suelto la mochila y a encontrarme con los compañeros (por desgracia solo pude ver a 4 🙁 ).

8:30 y pistoletazo de salida. Obviamente el salir con Adri a 5 el km está descartado, por lo que decido salir con Cisneros y Guti que también iban a salir a buen ritmo con la intención de bajar de 4 horas. Van pasando los primeros kilómetros y malas noticias, no puedo soltar todos los mocos que me gustaría, por lo que, aunque no estoy muy atorado, me iría pasando factura.

Primer avituallamiento, km 5,5 y hay tal tapón que es imposible parar a beber agua, con lo que ya empiezan las malas noticias. Siguiente avituallamiento, en el km 8 y aquí si, fruta, aquarius y botella que me da María del Mar con beso incluido que me hace coger fuerzas. Cisneros se me ha ido, por lo que acelero para pillarlo rápido. Miro el reloj y estoy yendo a 4:30 para pillarlo…Una vez conseguido, mis pulsaciones se disparan y la respiración se atora… mal hecho, me empiezo a ahogar y no me recupero.

Km 10, siguiente avituallamiento, bebo algo de agua en vaso, por lo que tampoco se puede beber mucho. Así siguen pasando los km hasta llegar al final del Palo donde dar la vuelta, por lo que nos empezamos a cruzar con los compañeros que nos vamos dando ánimos (sensación genial como siempre). Km 15 y en ese avituallamiento cojo fruta, aquarius pero el agua no la veo y el avituallamiento se acaba, por lo que siguen las malas noticias, voy a estar 9km sin beber agua practicamente salvo un par de buches de la botella de Cisneros. Empiezo a tener flato camino de la media maratón, pero el ritmo es bastante bueno y voy aguantando. Llegamos a la media maratón y tiro una botella que consigo de un voluntario (mala decisión), ahí cojo fruta, aquarius y agua de María del Mar de nuevo que me pregunta como voy…pensaba que habría botellas, pero no, toco vaso con lo que seguimos hidratándonos mal.

El paso por la media maratón es bueno en 1:56 alto (estando en buenas condiciones el objetivo era pasar más bajo, pero era lo que había). Llega el primer gran momento, ya que pasamos por un gran pasillo de gente por la Marina, con los Electroduendes tocando de fondo y chocando con mi compañero Máximo que ahí estaba. Justo ahí veo a mis padres y mi cara de felicidad lo dice todo! Les doy un beso y continúo.

Van pasando los km y llega lo más duro, todo ese paseo marítimo hasta el Carpena sin público. Sigue sin aparecer todo el agua que debería haber y los malos presagios se van dando, llego al Carpena con Cisneros y empiezo a notar cansancio y piernas cargadas, aunque mi compañero no es que vaya mucho mejor. Entramos en el estadio de atletismo y vamos en búsqueda del km 30 donde la fatiga es muy alta y me quedo atrás de Cisneros. En el avituallamiento del 32 decido parar, beber agua (de la botella ya que no quedaban vasos, vaya tela) y continúo andando ya que el cansancio así me lo pide.

Llega el momento duro, km 32, tengo que echar a andar y pienso 10km así, ¿Merece la pena? La idea de dejarlo se me pasa por la cabeza. En este momento me acuerdo de Adri que siempre me dice que no se sufrir y me rindo jajaja. Aún así, alterno correr con andar y justo veo a Cisneros que también va tocado, con lo que me animo a correr y pillarlo. Justo ahí paro a andar, le pregunto como va y el también va con tirones con lo que decidimos andar los 2 juntos. Nos pasa Guti con su hermano, nos pregunta qué tal y sigue para adelante.

En el km 35, paramos a beber (no hay agua!!!! vaya tela) y Cisneros para a darse un pequeño masaje, por lo que yo continúo muy a mi pesar, ya que mi idea ya era llegar con él a meta (gracias Cisneros por esos 35km juntos y también a ti Guti por todos los km compartidos). Empiezo a correr y noto como mis piernas no responden, cada vez más cargadas a pesar de llevar un buen rato andando.

km 37-38 y Silvia me pasa, yo voy corriendo a duras penas, comentamos como vamos y le digo que tire para adelante que ella va genial. Otro nuevo avituallamiento donde no hay vasos y hay que beber de la botella. Ahí sigo, alternando «correr» con andar hasta llegar al centro histórico. Ahí me pasa Mari Carmen y 10 segundos después Pedro y Sofía, que van genial los 3, yo les comento mi calvario y que sigan adelante.

Llego así hasta la Plaza de la Merced con mi pesadilla particular y de nuevo no hay agua y hay que beber aquarius. Nos metemos en la parte más bonita de la maratón, que me hubiera gustado disfrutar y pasar todo corriendo, pero imposible.  Pasamos delante del teatro romano y lo tengo que hacer medio andando, me empiezan a caer lágrimas de los ojos y la gente no para de animar. Pasamos por la aduana y subimos por la catedral para adentrarnos en la plaza de la Constitución y calle Larios. Ahí si que no quería pasar andando y corro como puedo, pero se me va quedando todo cogido. Hay muchísima gente en calle Larios, mucha más que el año pasado y eso me da ánimos, ya queda muy poco.

Salgo de calle Larios con el aliento de la gente y entro en la recta de meta del paseo del Parque, donde ahí ya si que si empiezo a llorar casi sin parar. Voy mirando a los lados buscando a mis padres y por mis los encuentro al principio del parque. Voy a por ellos, le choco a mi padre que me está grabando y me fundo en un abrazo con mi madre llorando a moco tendido (el año pasado las lágrimas eran de emoción de acabar mi primera maratón, este año eran de dolor, sufrimiento y rabia por la falta de agua). Continúo como puedo «corriendo» con mi madre al lado y así cruzo la línea de meta esta vez si que si acordándome de los que ya no están y con un grandísimo gesto de rabia, porque a pesar de todo, si que si, lo puedo gritar, VUELVO A SER FINISHER!!!!!

Esta maratón me ha servido para muchas cosas. Sabía que tenía las sub4 horas en las piernas, pero ese resfriado de última hora me hizo cambiar todos mis planes. En toda la semana, en ningún momento pensaba que acabaría y no iba nada mentalizado, pero ese día me sirvió para recordar por siempre que hay que luchar, sufrir, continuar, ser constante, llorar si hace falta, reír y por último disfrutar por lo conseguido.

Quiero darle las gracias a María del Mar, porque durante toda la preparación estuvo ahí conmigo, en esta semana previa estuvo ahí conmigo animándome y diciéndome que si que podía acabar, por esos avituallamientos con tanto cariño y por supuesto por ese gran abrazo una vez que te vi. Gracias, gracias y mil gracias por ser como eres!!!!

También darle las gracias a mis padres. El año pasado no pudieron estar viéndome, pero este año me ha hecho muchísima ilusión y ese abrazo final con mi madre lo necesitaba para podre hacer los 200 metros finales. Y como no a mi hermana, que desde la distancia sufrió y se emocionó con todo lo ocurrido.

Por supuesto, agradecer a Curro por esa gran preparación que me ha hecho. Este vez no pudo ser, pero me has hecho ver que lo tengo en las piernas y que en las medias maratones cada vez voy más rápido. Siento que este día no haya podido ser, pero gracias y mil gracias.

Y no olvidarme de los más de 100 Axarlones que somo, de los 17 que corrimos y de todos los que estaban ahí animando. Tenemos muchísimo defectos y algunas virtudes, pero sin duda, estoy super orgulloso de ser el presidente de unos de los mejores clubes del momento. GRACIAS AXARLONES!

Y al que haya llegado hasta aquí, gracias por leer el tocho y ser partícipe del sufrimiento que viví jajajaja